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Presidente machista dicta ley más progresista para LGBTI
Cuando el presidente boliviano Evo Morales, le dijo públicamente a su ministra de Salud, Ariana Campero, quien es soltera: "No quiero pensar que es lesbiana", no pensó que le costaría a su gobierno dictar lo que podría considerarse una legislación de vanguardia para los derechos de los LGBTI a nivel de la región sudamericana, según da cuenta The Washington Post en un artículo titulado A surprising move on LGBT rights from a ‘macho’ South American president, sobre el que se inspira esta nota.
Y es que los activistas no le perdonaron el desliz de sus palabras y promovieron una ley de Identidad de Género que terminó siendo impulsada por el movimiento del presidente Morales (MAS), hasta su aprobación en mayo pasado.
La norma permite que la gente cambie su género en los documentos oficiales de identidad, lo cual solo está permitido en otros tres países de esta parte del continente: Argentina, Uruguay y Colombia que también han reconocido las necesidades de los ciudadanos transexuales y transgéneros.
El gobierno pidió a los activistas mantener un perfil bajo sobre el tema, mientras el proyecto estaba en el Congreso para evitar mayor oposición sobre todo de la iglesia católica y, a decir, del vicepresidente Álvaro García Linera, que se imponga la "hipocresía social" que ha llevado durante mucho tiempo a negar la existencia de la comunidad LGBTI.
Lo paradójico del tema es que el presidente Morales siempre ha sido visto como machista, aunque el se declara con orgullo feminista que hace chistes machistas, lo cual parece ajustarse más al desempeño de su gestión que tiene un 51% de representación femenina en la Asamblea Nacional (Congreso de la República).
Por eso, la comunidad LGTBI de Bolivia destaca el logro alcanzado, en un contexto donde cifras del 2011 situaban a América Latina como el escenario del 80% de asesinatos de personas trans.
Al final, el presidente Morales puede terminar teniendo una gestión de gobierno más progresista de lo que se pensaba, aunque sin perder la oportunidad de expresar frases desafortunadas como cuando dijo que los hombres tienen desviaciones sexuales por comer demasiado pollo.
La explicación a esto es probablemente la hipocresía social a la que se refería el vicepresidente, que ha obligado a los bolivianos a negar durante muchos años que existía la comunidad LGTBI.
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