IDEAS
Los hombres gay y el secreto de la convivencia
Según un estudio de Pew realizado en Estados Unidos, dos de cada tres adultos señala que dividirse las tareas del hogar es un elemento decisivo para el éxito de la vida matrimonial, incluso más importante que el nivel de ingresos y las creencias religiosas de cada miembro de la pareja. Cuando este tema no se maneja bien, los niveles de insatisfacción y las peleas sobre el tema son más la regla que la excepción.
Para entender un poco más el tema, el Families and Work Institute realizó un estudio en el que aplicó un cuestionario sobre el nivel de satisfacción con la división de tareas en su hogar a 225 parejas en las que ambos generaban ingresos y que han estado casadas o viviendo juntas por lo menos durante un año. El estudio incluyó a parejas del mismo sexo y de distinto sexo, con o sin hijos.
Los resultados fueron los siguientes: cuando se le pidió a las personas que calificaran del 1 (muy insatisfecho) al 5 (muy satisfecho) a la forma en la que se habían dividido las tareas del hogar y del cuidado de los niños en su pareja, el promedio de las respuestas de los hombres que vivían con una pareja del mismo sexo ascendió a 4.18 y 4.37 respectivamente. En contraste, el promedio de las respuestas de las mujeres que vivían en relaciones heterosexuales fue de 3.82 y 3.77, respectivamente.
Es decir, las parejas de hombres gay parecen haber aprendido el secreto de la convivencia: evitar las peleas respecto de quién hace qué.
Si bien este resultado podría parecer un asunto de género, lo que los autores encuentran es que la insatisfacción sobre cómo se dividen las tareas tiene un origen distinto: la falta de comunicación. Y no solo eso, los niveles de satisfacción de las parejas respecto de la división de tareas tienen poco que ver con la forma final que toma esta división y mucho que ver con el proceso que condujo a esta. La satisfacción que se encontró fue mayor cuando cada uno de los miembros de la pareja tuvo la ocasión para expresar su posición. En contraste, la insatisfacción fue mayor cuando alguno de los miembros de la pareja tuvo que morderse la lengua o no pudo participar en la discusión. El estudio encuentra que, entre este grupo de insatisfechos, la proporción más importante son mujeres. Así que ya sabes, lo más importante al momento de vidir las tareas no es quién hace qué sino quién dice lo que piensa. Lo ideal es que siempres sean ambos.
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