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Guerra contra la leche de almendras
Como ya se ha mencionado con anterioridad, en las últimas décadas, las personas han realizado un giro en sus costumbres alimenticias, buscando un estilo de vida más sano, pero principalmente más natural y orgánico. A esto le sigue la expansión de los movimientos vegetariano y vegano, los cuales fomentan la protección de los animales y el no consumo de productos derivados de estos. De aquí nace la búsqueda de productos alternos producidos con ingredientes vegetales. Entre estas variantes los sustitutos a los lácteos son los que más resaltan. Por ejemplo, el queso de soya y la leche de almendras. Este último en particular parece estar causando alerta al interior de la industria láctea que se ve amenazada por este competidor y ha iniciado campañas para desacreditar su consumo, de acuerdo a The Atlantic en su artículo “Milk producers go negative on almond milk”.
A inicios de año, la compañía investigadora de mercados Nielsen publicó un reporte acerca del comportamiento de los consumidores, donde se mostró que la leche de almendra está expandiendo su espacio en el mercado atrapando a más consumidores y convirtiéndose en el principal sustituto de la leche con un incremento en las ventas del 250% en comparación con cifras de los últimos años.
A pesar de que el mercado de leche de almendras aún representa apenas el 5% del total, la industria láctea ha decidido dirigir sus esfuerzos en su contra ya que su crecimiento ha significado una reducción de USD 1 billón en el mercado de leche de vaca. Esta nueva campaña publicitaria de ataque se ha llevado a la televisión con anuncios que pretenden presentar la leche de almendras como menos pura. El comercial televisivo es protagonizado por dos niños en un concurso escolar de deletreo. La niña debe deletrear “lecitina” (compuesto presente en la leche de almendras), pero falla y pierde; mientras que el niño debe simplemente deletrear “leche”, lo logra y gana. Otro anuncio publicitario apunta a destacar el aporte proteico de la “leche de verdad” en comparación con el aporte de la leche de almendras.
Estos son solo algunos ejemplos de anuncios que forman parte de la campaña Milk Life, fundada por el Milk Processor Education Program (fundado por empresas de la industria láctea) y que ha costado USD 50 millones en diseño y distribución.
Sin embargo, los expertos consideran que la industria podría emplear sus recursos para detener el crecimiento de otros sustitutos en el mercado y preocuparse por cumplir con las expectativas y necesidades de su público. El consumo de leche de vaca ha caído en 37% desde 1970, de acuerdo al United States Department of Agriculture (equivalente al Ministerio de Agricultura y Riego en el Perú). Por su parte, Hank Cardello, experto en la industria alimenticia, señala que las pérdidas registradas en la industria láctea se deben en mayor parte a productos sustitutos como el yogur griego, suplementos batidos y bebidas proteicas. “Los productores de leche también han fallado al no poner sus productos en empaques individuales para los consumidores que no tienen tiempo de sentarse a tomar un vaso de leche”.
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