IDEAS
La verdad detrás del Índice Glucémico
El índice glucémico es aquel que determina cuánta glucosa hay en cada alimento y cómo esta cantidad afecta a la cantidad de glucosa en la sangre.
Los diabéticos viven atentos a este índice porque este les permite identificar qué pueden y que no deben consumir con frecuencia. Lo que no se sabía hasta ahora, es que este tipo de Índice no debería ser tomado completamente en serio, según indica un artículo de Food Business, titulado “Study questions reliability of glycemic index”.
Esto tiene que ver con el hecho cierto que el cuerpo no reacciona siempre de la misma manera ante las mismas cantidades de glucosa. En otras palabras, el índice glucémico funciona en un mundo ideal en el cual el cuerpo se comporte siempre de la misma manera y reaccione siempre igual ante la comida que se consume.
Desafortundamente, el cuerpo humano es más complejo e intrincado de lo que la teoría plantea y puede ocurrir que si una persona se comen un chocolate en determinado momento, este no tendrá el mismo efecto si se lo come dentro de seis horas.
Así lo ha descubierto Nirupa Matthan, científica del Laboratorio Nutricional Cardiovascular de Jean Mayer U.S.D.A Human Nutrition Research Center de la Universidad de Tufts, quien encontró que en el mismo individuo el índice glucémico de un alimento puede variar en 20%; y, en promedio 25% en comparación con otros individuos.
Esto significa que no sólo la respuesta al mismo alimento es diferente en una persona, sino que es diferente en todas las personas. Por ello, el intento de crear una forma universal de representar las reacciones ante la comida no tiene ningún sentido. Lo máximo que se podría conseguir es darse una idea de la cantidad de azúcar que contiene, pero pretender saber también cómo reaccionará cada organismo es inútil.
Esta no es la primera vez que se critica este estándar (índice) en la evaluación de los regímenes alimenticios. En años previos otros estudios han anotado las mismas observaciones. Sin embargo, este índice no se termina de dejar deutilizar como muchos quisieran que ocurra.
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