PERSONAS
El chileno que propone una nueva manera de entender el crecimiento económico
Respecto de por qué crecen las economías o cómo lo hacen, en realidad, sabemos muy poco. La teoría más aceptada es la de Robert Solow, quien en los años cincuenta señaló que hay tres maneras para que una economía crezca: aumentando la fuerza laboral; invirtiendo más capital para hacer a la fuerza laboral más productiva; o incrementando el conocimiento en la economía lo que a su vez también aumenta la productividad.
Hasta ahí todo suena muy bien. El problema empieza cuando se trata de explicar qué es lo que está incluido en el tercer componente que menciona Solow, algo que ni el mismo tenía del todo claro. Muchos economistas de gran prestigio como Paul Romer o Gregory Mankiw intentaron completar este vacío dejado por Solow. Sin embargo, no tuvieron éxito. Como resultado de ello, Simon Kuznets calificó posteriormente a este tercer componente del modelo de crecimiento de Solow como “la medida de nuestra ignorancia”.
En un momento en el que la caída de la productividad es cada vez más una preocupación mundial, estar con los ojos vendados respecto del tercer componente del modelo de crecimiento de Solow, es de muy poca utilidad para poder plantear alternativas para que las economías crezcan más.
Por eso, César Hidalgo, profesor chileno del Massachusetts Institute of Technology, desde hace algunos años viene trabajando en un modelo alternativo de crecimiento. El hecho de ser físico y no economista, le ha permitido asumir el reto con mayor flexibilidad y los resultados no pueden ser más interesantes.
Para Hidalgo, los elementos detrás del crecimiento de la economía no son capital y trabajo sino materia, energía e información. En su opinión, las economías crecen porque la información crece. Por lo tanto, para entender cómo crece una economía es indispensable entender cómo crece y se procesa la información.
Para Hidalgo, las economías más prósperas son aquellas que son capaces de capturar y organizar la información en productos más sofisticados. Para que esto se produzca la existencia de instituciones que permitan la formación de redes de conocimiento que hagan posible que las personas confíen unas en las otras es indispensable.
Los mensajes que lanza Hidalgo a los gobiernos y a los empresarios son contundentes:
- No importa sobre cuánto oro, gas o petróleo estemos sentados: sin instituciones sólidas no hay confianza; sin confianza no hay redes de conocimiento; sin redes de conocimiento no hay productos de alto valor agregado; y sin productos de valor agregado no hay prosperidad.
- El proceso de generación de las redes de conocimiento es lento: no pasaremos de la agricultura tradicional a la biotecnología con tanta facilidad. Por eso, es indispensable comenzar ahora.
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