HISTORIAS
Las epidemias y los animales salvajes
La premisa de la película “12 Monos” (para quienes no la hayan visto), es que en algún momento en el futuro, alguien active un virus proveniente de los animales que se convierte en epidemia y termina eliminando a la raza humana. El problema principal tras leer estas líneas es que alguien piense que es imposible que suceda y que esta es una realidad “alejada a la nuestra”.
Sin embargo, la realidad siempre supera la ficción y esto quedó demostrado en la crisis del ébola en el 2014, para la cual los seres humanos y las entidades encargadas de evitar esta clase de epidemia (en especial la Organización Mundial de la Salud), no estaban preparadas.
Esto debería ser especialmente preocupante cuando consideramos que los expertos señalan que la próxima gran epidemia vendrá de algún animal, afirma el artículo de Quartz titulado “The illegal trade in wild-animal meat could cause the next global pandemic”.
El problema es que las personas no sienten que esto sea una amenaza porque no advierten los riesgos de contagio que existen a su alrededor, los cuales empiezan con la propia comida.
No se trata de que el consumo de carnes convencionales puedan ser una amenaza en sí misma, sino más el de carnes de animales salvajes y foráneos al país donde uno habita.
Si bien esta clase de carne no es encontrada en cadenas de supermercados, algunos mercados pueden tener especímenes poco convencionales. Por ejemplo, el mercado Ridley Road de Londres es conocido por tener carnes de animales salvajes. Sin embargo, las autoridades londinenses han hecho poco por evitar la comercialización de este tipo de carnes. Al respecto, no se conoce que alguno de los puestos que vende esta clase de productos haya sido supervisado e inspeccionado.
Mercados como el de Ridley existen en todo el mundo, lo cual significa que el grado de exposición a especies que no son supervisadas o cuya carne no ha sido analizada es inmenso.
El mayor problema que esto presenta es que las principales organizaciones que deberían estar preparadas para afrontar cualquier amenaza, no lo están.
Mientras esta situación cambia, lo mejor será no aventurarse a comer carne de especies salvajes que no hayan pasado por un riguroso control sanitario.
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