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La gestión de la basura

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La gestión de la basura puede ser caótica también en países desarrollados.
26 de octubre de 2016
Red star
Por qué es importante
La reforma divide la ciudad en 11 zonas y hace que las compañías compitan por los derechos de concesión para el recojo de la basura de cada lugar.

En países como el Perú, dependiendo del distrito del que se trate y de que existan recursos para gestionar mejor la basura, esta tarea se realiza con estándares altos o se convierte en un problema de salud pública. Así está ocurriendo en una región del Norte del país, donde los niños de un colegio no pueden estudiar porque detrás de su local escolar se quema basura, provocando un olor nauseabundo que les impide concentrarse.

Lo que probablemente nadie imagina es que el problema de la gestión de la basura también existe en ciudades modernas de países del primer mundo. Precisamente, un reciente artículo de Grist, titulado “Garbage is a dirty business. L.A. is trying to clean it up.”, da cuenta de lo que ocurre en los Angeles en California donde la falta de un sistema único de recojo de basura está provocando un caos y ha motivado la necesidad de impulsar un nuevo sistema de gestión.

Para empezar, dicha ciudad tiene una forma peculiar de encargarse de la basura. Las compañías y los dueños de departamentos eligen sus propios recogedores. Esto genera que varios camiones de distintas compañías encargadas del recojo de la basura coincidan en una misma calle al mismo tiempo, creando desorden en las calles y congestión. Además de esto, no todas las compañías ofrecen los mismos beneficios a sus trabajadores. Algunos gozan de vacaciones y de seguro de vida, mientras que otros ni siquiera cuentan con guantes para usar en la tarea.

Por ello, desde el 2009 se planteó la organización Alianza de Los Ángeles por una Nueva Economía (LAANE, por sus siglas en inglés), la cual está tratando de cambiar la forma en la que se maneja este tema en la ciudad. En el año 2012, consiguieron implementar muchas de las metas que se plantearon y sus efectos se empezarán a sentir el próximo año.

La reforma divide la ciudad en 11 zonas y hace que las compañías compitan por los derechos de concesión para el recojo de la basura de cada lugar. De esta forma se espera conseguir que haya menos camiones y, por tanto, una mejora en la calidad del aire.

Además, bajo el nuevo sistema las compañías se verán obligadas a cumplir ciertos requisitos sobre el mantenimiento de los camiones y para con sus trabajadores, brindándoles todos sus derechos laborales. Esto significa que los trabajadores ya no deben preocuparse por la falta de guantes y por su seguridad laboral.

Muchas de las compañías de basura han manifestado su malestar por las nuevas reglas, pero los trabajadores están satisfechos con los cambios.