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El riesgo de la tecnología

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Arrow red
La cantidad niños que poseen un smartphone aumenta cada año.
13 de enero de 2017
Red star
Por qué es importante
Se debe priorizar la salud de los niños, antes que obedecer a una tendencia.

La tecnología ha hecho enormes avances en los últimos años. Uno de sus avances más notables ha sido en el nivel de penetración que tiene en la vida de los seres humanos. Hace unos años, la tecnología estaba restringida para los adultos de la sociedad. Sin embargo, cada año aumentan el número de niños que comienzan a tener una relación con la tecnología desde pequeños.

Si bien esto puede ser visto como positivo, en la medida que aprenden a tener una conexión con los objetos que dominan gran parte de las interacciones y de la información disponible desde una corta edad, podría llegar a ser algo no tan bueno en el largo plazo. El problema es que cada vez hay más evidencia que señala que los niños no están físicamente preparados para la tecnología, afirma el artículo de The Wall Street Journal, titulado “What Smartphones Do to Children’s Eyes”, sobre el que se inspira esta nota.

Estudios previos habían hallado que, cuando los niños pasan menos tiempo frente a una pantalla, se vuelven menos irritables, más sensibles y más felices. Este tema fue tocado en un artículo de este portal, publicado bajo el nombre “Las tablets y sus límites”. Sin embargo, hay estudios que van más allá de esto y advierten cómo afecta al cerebro de los más pequeños. Precisamente, un reciente estudio realizado por la BMC Ophtalmology, titulado “Smartphone use is a risk factor for pediatric dry eye disease according to region and age: a case control study”, analiza las consecuencias del uso de tecnología entre los más pequeños.

El síndrome del ojo seco sucede cuando la capa de lagrima que cubre al ojo se evapora más rápido de lo que debería, haciendo que el ojo se seque. Según el estudio realizado, el uso de computadoras y smartphones hace que los niños pestañeen menos, lo cual ocasiona que la capa lacrimal se evapore. Esto se comprobó a partir de un experimento con niños que renunciaban a sus celulares por un mes y la consecuencia inmediata fue que su condición mejoraba y el síndrome desaparecía.

Al parecer, la tecnología no debería ser prohibida a los niños necesariamente, pero sí restringida de manera significativa. El 6.6% de un total de 916 niños entre 7 y 12 años, cumplió con los requerimientos para ser diagnosticados con ojo seco. De estos, el 97% afirmó utilizar su smartphone un promedio de 3.2 horas diarias. Por otro lado, el 55% de los niños sin ojo seco afirmó utilizarlo un promedio de 37 minutos al día.

Con esto queda cada vez más claro que el uso excesivo de tecnología podría llevar a los niños a padecer de algunos problemas físicos. Además, síndromes como este podrían generar problemas en la escuela y en la vida diaria de los niños. En otras palabras, la asignatura de los padres es regular el uso de la tecnología a la luz de estas nuevas investigaciones.