PERSONAS
Watergate 2.0
Si bien Estados Unidos se encuentra en una constante convulsión generada por las decisiones de su nuevo gobernante y su administración, la realidad es que son pocas las noticias que merecen una atención especial.
Una de estas noticias relevantes, es la renuncia de Michael Flynn del Consejo de Seguridad Nacional. Esto llega luego de que se especulara que este estaría involucrado con las autoridades rusas. De ser esto cierto, Estados Unidos podría estar camino a un escándalo político parecido al vivido durante el gobierno de Nixon, afirma el artículo de The New York Times, titulado “On the Road to Another Watergate?”, sobre el que se inspira esta nota.
Por más que muchos perciben las relaciones entre autoridades estadounidenses y rusas como algo poco usual, esto ya ha sucedido en ocasiones anteriores. Por ejemplo, Henry Kissinger, asesor de seguridad nacional, se reunió con un espía del KGB en la embajada rusa en Washington, poco antes del inicio del gobierno de Nixon. Esto se debió a que Rusia quería “canales abiertos de comunicación”, a lo que se accedió mediante dicha reunión.
Pero, el caso de Flynn es distinto, ya que él no estaba siguiendo órdenes. Esto ha hecho que entidades como el FBI se empiecen a cuestionar si, quizás, Flynn no había estado ayudando a los rusos todo este tiempo. Las últimas investigaciones relacionadas con sus lazos con los rusos parecen indicar justamente eso. Entre las implicaciones encontradas por el FBI se encontrarían cosas como aceptar pagos de RT, organización rusa de noticias y máquina de propaganda de Putin; y aparecer como invitado de honor en el banquete televisado del presidente ruso en el 2015.
Poco después de esto, Flynn se unió a Trump en su campaña presidencial. Durante este mismo tiempo, el FBI y la CIA concluyen que Rusia se encontraba en una complicada operación para promover a Trump y desestabilizar a las democracias occidentales. Todo parece indicar a que Flynn trabajaba para el gobierno ruso, incluso más luego de que el FBI escuchara la conversación entre Flynn y el embajador ruso. En esta, el ex-miembro del Consejo de Seguridad Nacional, afirmaba que una vez que Trump estuviera en el poder y él fuera el centro del servicio de inteligencia estadounidense, los rusos no tendrían de qué preocuparse.
En resumen, poco a poco se está descubriendo que existe lo que parece ser una operación con estadounidenses infiltrados en el gobierno trabajando para Rusia. Estos descubrimientos podrían desencadenar en Estados Unidos un escándalo similar en escala al de Watergate.
Sólo queda esperar los resultados finales de las investigaciones.
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