La actitud frente al azúcar

Cada vez más, los padres optan por evitar el consumo de azúcar a edades tempranas y procuran retrasar el inicio del mismo, lo cual es consistente con lo que se denomina una tendencia mundial de reducción del consumo del dulce que hoy en día es una realidad. Y es que parece que se ha convertido en el enemigo de todos.

De acuerdo a un reciente estudio de Mintel, el 84% de consumidores estadounidenses buscan de distintas maneras evitar el consumo de azúcar, de los cuales el 31% tiene que ver con la reducción de peso, pero el resto está asociado a evitar problemas de salud, según se presentó en el marco del Institute of Food Techonology show (IFT).

Uno de los aspectos que destaca el estudio es que los millennials son quienes se muestran con más reservas respecto al consumo de azúcar aportando mayores argumentos como que puede afectar su salud dental o la apariencia de su piel.

Los edulcorantes artificiales no se salvan y un 40% de los consumidores también los evitan, incluyendo los millennials que consideran en un 18% de los casos que son tan malos como el azúcar regular. Precisamente, en el marco del IFT show, se dijo que los estadounidenses preferirían que la industria promueva productos que usen sustitutos de azúcar de origen natural.

Por ello, Mintel recomienda a la industria de alimentos ofrecer productos con diferentes niveles de azúcar o dulzor con el fin de atender esta tendencia de los consumidores, así como reducir el sabor de los edulcorantes artificiales.

En ese contexto, la Stevia es la opción más atractiva aunque también depende de la forma de procesamiento que esta tenga que la hace más o menos natural. Y es que hay quienes usan solo agua pero otros extraen el dulce con alcohol.

Mintel señala que la tendencia al recorte del azúcar obliga a los fabricantes a mostrar un mayor compromiso con la salud de los consumidores, con una mayor diversificación de sus productos con menos dulce pero también con el uso de sustitutos verdaderamente naturales.

Ese compromiso pasa por advertir en el etiquetado los niveles de azúcar que tienen los productos y ser honestos con el tipo de edulcorantes sustitutos que empiecen a usar.