NÚMEROS
Las mujeres en la agricultura
Para nadie es un secreto la importancia que están adquiriendo las mujeres en el trabajo en el campo. Ya sea porque sus padres o esposos no pueden atender sus fincas o por vocación propia, ellas se están involucrando cada vez más en las tareas del campo. Pero, contra lo que pudiera pensarse, no solo para apoyar, sino como propietarias o conductoras de granjas de variados tamaños y vocaciones productivas.
De acuerdo, a un reciente artículo publicado en Pacific Standard, titulado Women own half the farmland in America, hoy en día las mujeres representan el 36% de los agricultores, un aumento del 27% desde 2012.
Estas cifras evidencian la importancia que ha adquirido su trabajo en el campo, lo cual se confirma si se compara lo que ganaban en 2017 con lo que ganan ahora. A 2019, las mujeres que tienen el timón de las granjas en los EE.UU. ganan dos veces lo que ganaban en 2017. Sin embargo, como el propio artículo plantea, las brechas con los varones siguen siendo grandes. Sus fundos suelen ser más pequeños y, en consecuencia, sus ganancias también son menores.
No obstante el último censo del US Department of Agriculture, advierte los incrementos de sus ventas. Esto obedecería a que tantos las mujeres como otros propietarios de fundos, están orientando su trabajo a añadir valor a su producción: los cerdos los vuelven jamones, la leche se vende mejor en queso y sus granjas puede servir de atractivos turísticos.
De acuerdo al estudio de la USDA, las mayores desigualdades se observan como consecuencia del tamaño de las unidades productivas, lo cual determina sus ganancias finales. Además, están las barreras institucionales, las cuales se reflejan en su falta de acceso a financiamiento por razón de género y raza, su menor participación en los programas agrícolas federales, entre otros.
Para algunas mujeres que hoy participan activamente de la conducción de sus campos, las propias mujeres se mantuvieron alejadas del sector agrario porque consideraban que era un mundo solo apto para varones porque el campo siempre ha sido caracterizado por un capitalismo patriarcal donde no encajan las mujeres que hacen que las cosas pasen.
Uno de los instrumentos que está ayudando a superar el problema del tamaño son las redes de mujeres, donde se encuentran para compartir experiencias, crear alianzas estratégicas y tomar decisiones.
Ahora, los programas del Estado buscan fortalecerlas y se estudia el impacto que tiene su participación en la agricultura.
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