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Cigarrillo Electrónico: lejos de ser una solución

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Los dispositivos no ayudarían a dejar el hábito de fumar.
01 de agosto de 2019
Red star
Por qué es importante
Cada año mueren 8 millones de personas entre fumadores y fumadores pasivos.

Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que se crearon para reemplazar al cigarro tradicional, y a diferencia de estos funcionan con baterías que permiten calentar el líquido que contiene principalmente nicotina y saborizantes. Cuando se lanzaron al público el mensaje fue que son menos dañinos y que ayudan a las personas a dejar de fumar.

Un artículo publicado por Infobae, titulado La Organización Mundial de la Salud también dijo que el cigarrillo electrónico es indudablemente dañino cambiaría esta percepción, ya que se indica que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe presentado en Río de Janeiro aconsejó no utilizar este tipo de cigarros a quienes desean dejar de fumar.

Para la OMS, estos dispositivos estarían lejos de ayudar a las personas a dejar el hábito e incluso podrían tener un efecto contrario, provocando una nueva adicción.

Por ello, se plantea que al igual que los cigarros convencionales, estos dispositivos también deberían ser regulados, al igual como la publicidad que se hace de ellos, en la medida que los argumentos que se han estado utilizando para promocionarlos no tienen respaldo científico.

No hay estudios serios que demuestren que su uso contribuye a dejar el hábito del consumo de la nicotina y tampoco que sean menos dañinos que los cigarros convencionales. Así que los fumadores que quieren dejar ese hábito tendrán que volver a las gomas de mascar, a los parches y otros, antes de recurrir a cambiar un vicio por otro que puede terminar siendo igual de dañino.

La mala información sobre estos productos por parte de la industria del tabaco representa una amenaza para la salud. Según el artículo, el cigarrillo provoca cada año la muerte de ocho millones de personas, entre fumadores y fumadores pasivos y solo el 30 % de la población mundial tiene acceso a servicios adecuados (programas de apoyo o medicamentos) para abandonar el tabaco, por lo que es necesario actuar de manera rápida y eficiente frente a este tipo de dispositivos que lejos de ayudar a las personas ponen en riesgo su salud.