Recientes estudios en EEUU y Europa confirman la expansión del hongo Candida Auris en el sistema sanitario y ya lo califican como un patógeno mundial que es difícil de detectar y de tratar. Esta expansión podría haberse acelerado como consecuencia de la presión sufrida por la infraestructura de los sistemas de salud con motivo de la pandemia.
Este hongo se descubrió en 2009 en Japón en la oreja de una mujer y en 2016 se encontró por primera vez en EEUU en un hospital de Nueva York, según señala una nota reciente de National Geographic. Sin embargo, este año ya hay evidencia de su presencia en 28 estados y en el Distrito de Columbia. Además, en 2022 ya había infectado a 2300 personas en los EEUU, según advierten los Centros de Control de Enfermedades, CDC de dicho país.
Si bien no se tiene noticias de casos en el Perú, ya en 2019, Johanna Rhodes, especialista en enfermedades infecciosas del Imperial College London (Reino Unido), aseguró a la BBC que ya se conocían brotes en varios países de Sudamérica, desde hacía varios años.
Una de las explicaciones detrás de la expansión del hongo es el incremento de las temperaturas globales a causa del cambio climático que ha llevado a que el hongo evolucione hasta adaptarse, pero aun es un misterio lo que lo originó.
Las infecciones por Candida auris comienzan en el interior del cuerpo, se multiplican en la sangre o supurando en una herida preexistente sobre todo en personas inmunodeprimidas y que reciben tratamientos médicos regulares en los que pueden entrar en contacto con algo como una vía infectada.
Como se ha señalado, es muy difícil de detectar en los análisis de sangre estándares y se requieren pruebas muy sofisticadas que no están disponibles en la mayoría de sistemas de salud. Además, tiene una tasa de mortalidad entre el 30% y el 60% de las personas infectadas que tenían enfermedades pre existentes.
En varios estudios se ha demostrado la persistencia de Candida auris en el ambiente, por lo que la higiene de los ambientes y la del personal sanitario es clave para controlar los brotes a nivel del sistema de salud.
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