HISTORIAS
El drama social detrás de las tabletas de chocolate
Los mejores chocolates que se producen en Suiza utilizan como insumo cacao procedente de Ghana, el cual exportan al mundo entero. Sin embargo, según indica una reciente nota publicada en el diario El País de España, el 90% de los agricultores de ese país no cubren sus necesidades básicas, citando una investigación de Oxfam Intermón.
En el marco del Día Mundial del Comercio Justo que se celebró en el mes de mayo de 2023, el informe mencionado concluyó que muchos de los productores sobreviven con un salario de poco más de un euro al día, casi el equivalente a lo que cuesta una tableta de chocolate de 50 gramos en el Perú.
El informe también da cuenta de los enormes beneficios de las principales industrias de chocolate, tales como Hershey, Lindt, Mondelēz y Nestlé.
Según los productores de Ghana, detrás de esta realidad hay varios problemas. Por un lado, la dependencia de los intermediarios, la falta de educación, entrenamiento, el incremento de los costos de producción, así como los efectos del cambio climático que se reflejan en sequías prolongadas que redundan en la reducción de los rendimientos en la producción.
Actualmente, Ghana aporta el 15% de la producción mundial de cacao, detrás de Costa de Marfil. Sin embargo, según los cálculos del informe citado solo recibiría un 1.5% de los 120 mil millones de euros que se mueven en la industria mundial de chocolates. Por eso, se afirma que detrás de la industria del chocolate hay una alta probabilidad de injusticia no solo en el precio de compra a los productores sino también en la deforestación y la mayor incidencia de trabajo infantil en la cadena de producción.
La respuesta de las empresas al informe de Oxfam Intermón no se hizo esperar y han salido a señalar que ellos apoyan con recursos a países como Ghana para mejorar las condiciones de vida de los productores de cacao y sus familias, la trazabilidad y la sostenibilidad de la producción, para lo cual dedican 55 euros por cada tonelada de cacao que compran. Incluso señalan que, por ejemplo, solo Lindt & Sprüngli destinó 19 millones de euros en programas de sostenibilidad en 2021. Esto último es reconocido por el informe bajo análisis, el cual señala que, pese a todos los problemas existentes, las cosas han mejorado en los últimos 10 años porque cada vez hay más empresas que están trabajando en temas de sostenibilidad.
En la medida que Europa es el principal importador de cacao del mundo, el Parlamento Europeo aprobó en abril de este año una nueva ley por la cual todos los distribuidores de cacao deben contar con un certificado que confirme que el producto no proviene de entornos deforestados ni ha contribuido a la deforestación para su venta. Este tipo de medidas que afecta directamente a los países productores puede ser un incentivo para reducir los niveles de injusticia que existen en la industria.
Los consumidores también podemos contribuir de manera positiva a este proceso de cambio si es que preferimos consumir chocolates que tengan la etiqueta de comercio justo.
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