TENDENCIAS
Los consumidores más poderosos de la familia
Si Usted tiene hijos de edades entre 3 y 12 años, se habrá podido dar cuenta que tienen actitudes distintas hacia la tecnología, la salud, la cultura, los juguetes, la ropa y los alimentos y bebidas. Incluso habrá podido advertir el nivel de influencia que tienen sobre el presupuesto familiar, al orientar muchas de las decisiones de consumo.
El poder que están adquiriendo los niños como consumidores se refleja en las decisiones sobre las clases que desean tomar fuera del colegio, sobre el restaurante al que irá la familia el fin de semana, sobre el gadget tecnológico que prefiere utilizar, entre otros.
La atención de los niños, que han nacido en la era digital y viven a mayor velocidad de la que hemos vivido los padres, es más difícil de capturar y por ello requieren cada vez más estimulación externa. Esta circunstancia es exacerbada por la publicidad que los bombardea con las marcas, asociándolas a sus ídolos y lo que sus compañeros poseen.
El poder adquisitivo también ha aumentado como resultado de la propia incorporación de la mujer al mercado laboral, con lo cual tiene mayor disponibilidad de gasto para los hijos. Además, se ha generalizado y han aumentado las cantidades de dinero que se les entrega a modo de propina. En Europa, una encuesta de ING en 2014 encontró que los niños menores de 5 años ya reciben el equivalente a S/. 8 por semana; los que están entre 5 y 10 años S/.18 ; y los que están entre 10 y 15 años, manejan S/. 38. En Estados Unidos, otra encuesta determinó que el promedio semanal que reciben los niños es de S/.45.
Esta mayor disposición de dinero les permite tomar sus propias decisiones de consumo en comida rápida, alimentos envasados y bebidas.
Pero todos estos aspectos están determinando que los niños crezcan más rápido y aparezca la pubertad a una edad más temprana. Actualmente, hay niñas que a los 10.5 años ya son púberes y empiezan a interesarse en los cosméticos y a tener mayor sentido de la moda. Alternativamente, pueden preferir que se les trate sin estereotipos, ponerse chimpunes y jugar fútbol.
Es decir, los niños ya se han convertido en consumidores con acceso a información global por la interacción con la tecnología y por ello es más difícil usar tácticas de marketing tradicionales para captar su atención e interés. Ya no gastarán sus propinas en golosinas, sino que probablemente las acumularán para poder comprar artículos de mayor valor.
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