IDEAS
Explotar por email puede dañar tu reputación
La necesidad de expresar nuestras emociones y descargarlas es tan antigua como la vida misma. Desde hace siglos, diversos autores ya se han ocupado de analizarla y justificarla. Para Aristóteles, el proceso se denominaba catarsis y permitía purgar las emociones. Más recientemente, Sigmund Freud desarrolló lo que denominó el modelo hidráulico a través del cual trataba de explicar que cuando una persona mantenía rencor dentro de si y no lo dejaba salir, lo que estaba creando era una olla a presión que en algún momento puede llegar a niveles insostenibles y explotar.
Seguramente tú mismo la has experimentado y te has sentido mejor después de haber descargado tu rabia y tu decepción frente a alguien. Sin embargo, los expertos advierten que no todo lo que te hace sentir bien es necesariamente saludable o bueno para ti.
Por ejemplo, si explotas con tus colegas, tus amigos o tus familiares, no solo corres el riesgo de distanciarte de ellos sino que además te expones a ser calificado como una persona que se queja de todo o que sobrereacciona por todo. Es decir, el costo de explotar puede ser un daño importante a tu reputación.
Esto se agrava aún más si la descarga de tus emociones se produce por vía electrónica. Actualmente, a diferencia del pasado, los exabruptos ya no necesitan ser en persona sino que pueden ser hechos a través de Facebook, Twitter o, por supuesto, a través de un email o un chat. La tecnología ha hecho que explotar sea más fácil, rápido y seguro (de hecho, casi siempre estamos detrás de una pantalla). Sin embargo, justamente estas ventajas son las que hacen que los exabruptos puedan generar un mayor daño potencial a tu reputación por las siguientes tres razones:
- En primer lugar porque todo lo que se expresa por escrito suena más grave de lo que realmente es.
- En segundo lugar porque todo lo que queda por escrito se puede leer más de una vez y esto puede también contribuir a que una situación de tensión se prolongue innecesariamente o que un simple comentario merezca una reacción desproporcionada.
- En tercer lugar porque cuando se dice algo por escrito no es posible recibir directamente el feeedback de la contraparte y esto a veces nos predispone a exagerar un poco más para expresarnos.
Así que ya lo sabes: todos tenemos un mal día y estamos expuestos a desazones y desilusiones. Sin embargo, para no correr el riesgo de dañar a nuestros seres queridos o afectar nuestra reputación, la mejor manera de manejar estas situaciones no es explotando inmediatamente sino tomando distancia, retrasando la reacción, desconectándonos de los dispositivos electrónicos, distrayéndonos o comiendo algo saludable. Si transcurrido un tiempo, igual queremos reaccionar, hagámoslo a la antigua, en persona y nunca utilizando un medio electrónico.
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