HISTORIAS
Los jefes que todos los empleados quisieran tener
¿Eres jefe y has notado que tus empleados están incómodos cuando estás cerca, o peor aún, tienes una alta rotación del personal, y hasta tus empleados más comprometidos dejan la empresa? Muchos jefes reconocen este problema, pero se toman muy en serio el principio de la empresa en marcha y creen que todo se arregla cambiando las piezas del motor (los empleados). Si reconoces que tienes este problema de management y te importa en realidad la sostenibilidad de la empresa y de tu propia posición, sigue leyendo este artículo.
La relación jefe - empleado no tiene que ser una calca de aquella entre el señor feudal del medioevo y su siervo, ni tampoco de aquella entre el general y el soldado raso. Estos modelos autoritarios pueden generar resultados, pero no son sostenibles: los empleados se agotan o simplemente dejan la empresa. Entonces, ¿existe una alternativa para los jefes que no implique recurrir a estas técnicas de management estilo Primera Revolución Industrial?
Según un artículo en Inc., sí existe esta alternativa: hay jefes para los cuales y con los cuales da gusto trabajar. De hecho, si el jefe se comporta de cierta manera y hace ciertas cosas, no solo te va a gustar trabajar con él, sino que de verdad vas a amar hacerlo. Este tipo de jefe no solo tiene grandes habilidades técnicas (sabe lo que hace y de lo que está hablando), sino que tiene ciertas cualidades que influyen en el corazón y la mente de las personas que están bajo su cargo. De acuerdo con el artículo mencionado, hay ocho cualidades que caracterizan a este tipo de jefes que se preocupan por lo más importante: las personas.
1. Creen lo increíble. La mayoría de personas trata de alcanzar lo alcanzable, por lo cual la mayoría de metas y objetivos son incrementales. Los mejores jefes esperan más de los demás y de sí mismos. Pero no se limitan a pedirnos oro a partir de plomo: nos muestran cómo hacerlo y van con nosotros en el proceso.
2. Ven oportunidades donde otros ven inestabilidad e incertidumbre. Muchas personas se limitan a esperar que pase la tormenta: problemas inesperados, obstáculos no previstos,… Los mejores jefes ven las crisis como oportunidades, y saben que es más difícil hacer cambios, incluso aquellos necesarios, cuando las cosas van demasiado bien. En periodos de inestabilidad e incertidumbre, deciden fortalecer la organización reorganizándola, dándole una nueva forma y aplicando reingeniería donde sea preciso.
3. Muestran emociones. Los mejores jefes son capaces de inspirar a otros porque actúan con profesionalismo y al mismo tiempo se comportan como seres humanos: celebran, empatizan, se preocupan. Muestran emoción sincera cuando las cosas van bien, y aprecian sinceramente el trabajo duro y el esfuerzo adicional. Por otro lado, cuando las cosas no van bien, muestran decepción sincera no en otros, sino en sí mismos.
4. No sacrifican a sus empleados. Los mejores jefes no utilizan a sus empleados como carne de cañón para salvarse a sí mismos. Por lo contrario, salvan a sus empleados, a menudo sin que estos lo sepan, porque nunca buscan el crédito.
5. No se creen de la realeza. Los mejores jefes no creen que lideran por mandato divino y que el trabajo sucio es responsabilidad de sus vasallos. Han pagado derecho de piso en su momento y, sin importar sus logros en el pasado (o los que dicen tener), no tienen reparos en arremangarse y realizar las tareas más penosas y aburridas. Los empleados siguen su ejemplo y el valor de estos es medido por la contribución tangible que realizan cada día.
6. No lideran por autoridad. Los mejores jefes lideran porque sus empleados quieren que lideren. A los empleados les motiva e inspira la persona, no el título de la persona. En teoría, el título confiere el derecho de dirigir a otros, tomar decisiones, organizar, instruir y disciplinar, pero este derecho es ineficaz sin el permiso de los empleados. A través de sus palabras y acciones, los mejores jefes hacen sentir a sus empleados que trabajan con ellos, no para ellos. Solo los mejores jefes son capaces de entender la diferencia.
7. Trabajan por un propósito superior. Los mejores jefes no se limitan a trabajar por los objetivos de la empresa, sino que sirven a un propósito más elevado, el cual incluye llevar la carrera de sus empleados al próximo nivel, hacer la diferencia en la comunidad, salvar a sus empleados en problemas, e inculcar un sentido de orgullo y autoestima en los demás. A los mejores jefes se les recuerda por ayudar a otros en un nivel personal o individual, porque ellos saben que los negocios también deben ser un tema personal.
8. Aceptan verdaderos riesgos. Los mejores jefes no tratan de destacar por temas superficiales como su forma de vestir, sus intereses o su apoyo público a iniciativas populares. Lo que los diferencia es que están dispuestos a aceptar riesgos, no por el hecho de aceptarlos, sino por la recompensa que creen que es posible obtener. Están dispuestos a aceptar posturas y acciones impopulares, no seguir el statu quo y seguir caminos no conocidos. Su ejemplo inspira a otros a aceptar riesgos para alcanzar lo que creen que pueden lograr.
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