PERSONAS
El equipo que ganará las elecciones
Nos acercamos a octubre y ya queda poco para que los distintos partidos políticos definan sus cuadros para las próximas elecciones de abril de 2016, y aun cuando algunos no terminan de definir quiénes serán sus representantes políticos, ya han presentado sus cuadros técnicos apostando a que estos sean considerados un valor añadido que genere confianza sobre una futura y eventual gestión de gobierno.
Los debates entre los técnicos de los partidos políticos que pasaron a la segunda vuelta en elecciones anteriores pusieron en evidencia la importancia que tiene armar un buen equipo, no solo para exponer las ideas de los planes de gobierno sino para defenderlas y sustentar de forma inteligente por qué estas son mejores que las que presentan los otros candidatos.
Para formar un buen equipo no hay una receta única, los equipos formados por seres humanos tienen que ser dinámicos y estar sujetos a cambios en la dirección para lograr un balance que permita asegurar un buen desempeño. Sin embargo, hay algunas consideraciones que son inherentes a cualquier equipo y que fácilmente distinguen a los cuadros de las empresas exitosas que pueden ser útiles para quienes tengan interés en liderar o ser parte de un equipo de gobierno:
Diversidad: los expertos dicen que armar equipos entre profesionales que piensan igual termina por empobrecer al equipo en su conjunto privándolo de una visión más amplia y falta de creatividad. La diversidad en género, edades, formaciones y pensamiento fortalece a cualquier grupo humano. Si bien, hay un mayor reto en cohesionarlos, cuando eso se logra es más duradero.
Disposición a sumar: cuando se arma un equipo con el propósito de llegar a ser gobierno, la idea no debe ser alcanzar el poder por sí mismo, sino para lograr un objetivo mayor como un mayor crecimiento económico para generar más oportunidades para todos los peruanos. Ese tipo de objetivo no se puede conseguir individualmente sino solo en equipo. Por más buen profesional que sea, si un miembro no comparte ese objetivo sino que lo que lo inspira es una agenda personal, no sumará al logro del objetivo y quizá sea mejor que deje el equipo.
Sentido de pertenencia: la cohesión alrededor de un propósito más que de un candidato es lo que define la calidad de la relación entre los miembros del equipo. Cuando eso se logra, los conflictos que surjan para definir los pasos a seguir se podrán superar. De lo contrario, no habrá la confianza suficiente entre los miembros del equipo.
Liderazgo: quien tiene la responsabilidad de liderar el equipo no tiene ninguna tarea fácil. Por más buenos que sean individualmente los profesionales que conformen el equipo, el líder es el responsable de mantenerlos motivados, de lograr obtener sus mejores aportes, de ser ejemplo de consistencia entre lo que dice y lo que hace.
Inspiración: los expertos dicen que la diferencia entre cualquier gerente y un líder es que estos últimos comprometen al equipo con las tareas por encima del trabajo mismo. En política, los candidatos que son genuinos en sus propósitos logran inspirar a los equipos a hacer más que lo que inicialmente pensaban hacer, aquellos que logran transmitir que detrás del discurso de la plaza hay una causa superior como, por ejemplo, reducir la pobreza.
Comunicación: los políticos no ganan elecciones con los votos de los vecinos y amigos sino con los de la población, incluso la más alejada. Por eso, los representantes de cada candidato deben ser capaces de lograr liderar también equipos descentralizados y desconcentrados que se mantengan vinculados e inspirados por la causa política, usando todo tipo de canal de comunicación.
Y finalmente, los equipos tienen que ser capaces de divertirse mientras hacen su trabajo. Nunca hay que tomarse nada tan en serio, menos aún la política. Una campaña electoral es solo una competencia más.
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