El frenazo del consumo en América Latina

La economía en América Latina no va bien y las expectativas de crecimiento no son de las mejores para 2015 y 2016. Las familias lo saben y por ello su confianza respecto del futuro ha disminuido. Como resultado de ello, las familias han comenzado a ajustar su gasto, especialmente porque son conscientes que el desempleo se está incrementando y porque muchas de ellas cada vez enfrentan una presión financiera mayor por sus altos niveles de endeudamiento. No hay mejor mecanismo que motive a las familias a economizar que una mayor incertidumbre respecto de la estabilidad de su empleo y eso es precisamente lo que están sintiendo las familias en América Latina, incluso en países que están relativamente mejor como Colombia y Perú.

En este proceso de ajuste y de búsqueda de alternativas más económicas de la población, quienes ganarán serán las marcas más económicas en prácticamente todos los rubros de consumo y quienes perderán serán las marcas premium. De hecho, los expertos han calificado al fenómeno actual de ajuste de gasto de las familias latinoamericanas como uno de "depremiumisation". 

En este contexto de "vacas flacas" las familias le otorgarán más importancia al precio que a la calidad. Por ejemplo, mientras en setiembre de 2014, solo un 16.4% de los consumidores en América Latina señalaban que el precio era la variable más importante al momento de comprar comida, para junio de 2015 esta cifra se había elevado a 19%. Lo mismo ha ocurrido en las categorías de prendas de vestir y artículos de cuidado personal, en las que el porcentaje de consumidores que consideran que el precio es la variable más importante se elevó de 38.8% a 41.5% y de 31.1% a 34.4%, respectivamente. Algo similar ocurre con los artículos de tecnología como los smartphones y las tablets. Y, por supuesto, esto también afectará a las visitas a centros comerciales y restaurantes, donde se espera que los tickets promedio se reduzcan y que las alternativas más económicas comiencen a recibir más demanda. 

Así que ya lo sabes: si has comenzado a ajustarte porque tu intuición te dice que es lo correcto, no estás solo pues varios millones de consumidores como tú están haciendo lo mismo. Si no lo has empezado a hacer todavía, seguramente tienes buenas razones para ello y quizás hasta puedas beneficiarte con las ofertas que seguramente tendrán que comenzar a ofrecer las marcas premium para no perder participación de mercado en estos tiempos de turbulencia económica.