Candidatos mudos ante informe de OECD

Ya empezó la carrera electoral, y de cara a preparar los planes de gobierno, el primer informe de la Revisión Multidimensional del Perú de la OECD, resulta un insumo fundamental. No solo lista los principales cuellos de botella sino que los analiza de forma articulada para una mejor compresión de por qué es importante tenerlos a la vista de las reformas estructurales pendientes.

La OECD hace un llamado a no caer en la autocomplacencia, sobre todo respecto a las cifras de reducción de la pobreza, dice que la clase media es muy vulnerable a lo que sucede en la economía y que si la desaceleración continúa, se podría poner en riesgo lo avanzado. Esto significa que el siguiente gobierno no la tiene fácil.

El informe nos hace recordar que ha habido condiciones externas favorables que ayudaron a tener las cifras de crecimiento que hemos tenido, pero que cuando ese entorno cambia, se evidencian los problemas de productividad, desigualdad e informalidad que conducen a caer en la trampa de los ingresos medios en la que estamos ahora.

Desde la perspectiva de la OECD, el país no podrá sostener un mayor crecimiento si no se realizan reformas que permitan un manejo coordinado de factores sociales, económicos y las dimensiones institucionales para hacer frente a las limitaciones al desarrollo que el país enfrenta.

Es decir, los candidatos a la presidencia en las próximas elecciones generales deben plantear cómo esperan aumentar la productividad (hoy en día existe un 50% de brecha de la mano de obra entre Perú y Estados Unidos), reducir la desigualdad y atacar la informalidad (alcanza una tasa de 60%); y, cómo esperan fortalecer a la clase media.

Si bien el diagnóstico realizado muestra avances en los servicios públicos como la educación, la salud y transporte, estos siguen sin llegar a todos los ciudadanos, lo cual impide que haya una mayor cohesión social y se manifiesta en conflictos sociales en distintos lugares del país.

También, destacan la importancia de mejorar la pertinencia de la oferta educativa, a la luz de la demanda de personal calificado que han identificado, y advierten que hay que preocuparse en la currícula pero también en el desarrollo de competencias duras y blandas, para lo cual se requiere un mejor entendimiento de las habilidades que son demandadas actualmente y que serán demandadas hacia futuro.

En este sentido, advierte que la diversificación económica debería apuntar a sectores donde es posible lograr aumentos de la productividad y que agreguen valor a las exportaciones.

Asimismo, entre los desafíos que la OECD plantea también destacan cerrar la brecha de innovación, reducir costos de transporte mejorando los sistemas logísticos, reducir las trabas burocráticas que existen en la ejecución de los contratos y mejorar la estructura tributaria. Finalmente, el informe destaca la necesidad de que el Estado gane una mayor legitimidad que le permita liderar las reformas a largo plazo que requiere el país, para lo que se requiere fortalecer los poderes del Estado. Hasta el momento ningún candidato presidencial se ha pronunciado respecto de cómo espera encarar los retos que plantea la OECD.