El invidente que conquistó el Camino Inca

Cuando uno cree que hay algo que es imposible, inmediatamente conoce una historia que te demuestra lo contrario.

¿Podrías creer que una persona invidente pueda logra caminar 43 km en 13 horas, atravesando bosques, niebla y escalones de piedra, en una ruta cuyo punto más alto es a 4700 metros de altitud?

Si crees que no, tenemos que decirte que el 14 de octubre a las 17:30, Dan Berlin llegó a Machu Picchu a través del Camino Inca. Si bien a diferencia de las personas que pueden ver, no tuvo la recompensa de deslumbrarse con la majestuosidad de Machu Picchu, probablemente sí la pudo sentir. Y es que los APUS habrán contribuido para que este hombre sienta la energía de estar arriba y casi sin gente tan temprano por la mañana.

Berlin rompió todos los records con su caminata:

• Hizo en 13 horas lo que normalmente se hace en 4 días.
• Comenzó la ruta en oscuridad (a las 4:00).
• Redujo la velocidad de marcha solo en los puntos más altos y en los escalones resbaladizos y el guía lo llevó por parajes estrechos para compensar los retrasos.

Sin embargo, el logro de Berlin no sorprende a quienes lo conocen. Su historia de vida es la de un luchador. Cuando a los 20 años le diagnosticaron distrofia de los conos y bastones de los ojos se deprimió. A los 30 años ya no podía ver pero decidió superar su desgracia convirtiéndose en un corredor de maratón para que su caso sirva de inspiración para otras personas que pasan por situaciones similares.

Por eso, no le fue difícil conseguir el patrocinio de Intrepid Travel, UNICEF y Altra Productions para hacer la caminata. Para UNICEF era importante hacer visible la hazaña de Berlin para mostrar este testimonio de vida en las escuelas.

Todos los que acompañaron a Berlin, Alison Qualter-Berna, Charles Scott y Brad Graff afirman que él estaba seguro de lograr la hazaña, que siempre supo que lo conseguiría aun durante los ascensos difíciles y más peligrosos.

Berlin podrá ahora poner en su lista de logros que estuvo en Machu Picchu, que no lo vio, pero el camino que eligió le permitió sentirlo todo el tiempo y saber todo lo que se tuvo que trabajar para trazar ese camino de acceso.

Para las autoridades peruanas, la experiencia con Berlin debe servir para promocionar que Machu Picchu no solo se puede ver, sino también sentir.

Casi un emblema para la marca Perú. No solo se ve, sino también se siente.