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Los peces con conciencia

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Los peces cebra llegaron a tener un gradiente de 2° y 4° de temperatura, eso significa que sufren de fiebre emocional y que son sensibles.
30 de noviembre de 2015
Red star
Por qué es importante
La fiebre emocional de los peces indicaría que tienen conciencia, aun cuando sea en un grado mínimo.

Durante mucho tiempo se ha negado a los peces en general la posibilidad de tener fiebre emocional que es la condición que determina la sensibilidad y como esta se relaciona con la conciencia, la posibilidad de tener esta última. Muchos científicos señalan que esta fiebre solo la sufren los animales con cerebros sofisticados que detectan y son conscientes de lo que les sucede.

Esto se explicaba porque los peces tienen cerebros pequeños y simples, carecen de corteza cerebral que es donde se procesa información, poca capacidad de aprendizaje y memoria. Además, no muestran hipertemia inducida por estrés (SIH en sus siglas en inglés) que es el aumento de la temperatura corporal ante factores de estrés, condición que sí presentan, los mamíferos, las aves, reptiles y los seres humanos. Como consecuencia de ello, los peces no tendrían conciencia. Finalmente, los peces no experimentan sufrimiento y sus respuestas a circunstancias adversas, son más reflejos que acciones con contenido emocional. Por lo tanto, no importa como los captures ni si los terminas quemando para convertirlos en alimento de otros peces.

Un reciente estudio denominado Fish can show emotional fever: stress-induced hyperthermia in zebrafish, elaborado por Sonia Rey, Felicity Huntingford, Sebastian Boltaña y Reynaldo Vargas, ha llegado a la conclusión que eso no es tan cierto, porque al menos en los peces cebra, hay un gradiente de temperatura entre 2° y 4° grados C, lo que les permite mostrar la fiebre emocional y, con cargo a mayores estudios, podría permitir demostrar que también tienen conciencia.

Los investigadores trabajaron con 72 peces cebra a los que sumergieron dentro de una red en agua con un grado menos de la temperatura que estos prefieren, los mantuvieron por 15 minutos y luego los liberaron para que naden libremente en cámaras que cambiaban de temperatura.

Los resultados fueron los siguientes:

  • El estrés indujo la hipertermia en los peces bajo confinamiento.
  • Los peces sometidos al confinamiento y que luego fueron liberados elevaron su temperatura de 2° a 4°C, mostrando fiebre emocional.
  • Todos los peces bajo confinamiento prefirieron ocupar las zonas con más de 28° C de temperatura.

Este estudio se añade a otros que señalan que el cerebro de los peces es pequeño y organizado de forma diferente al de un mamífero, pero cuando se analiza su comportamiento se encuentran equivalencias entre el prosencéfalo y otros vertebrados, como ocurre con la amígdala de los mamíferos que genera emociones.

La importancia de la fiebre emocional que este estudio detecta es que no se puede negar a los peces la capacidad de experimentar fiebre emocional y por lo tanto tener conciencia, aun cuando sea en un grado mínimo. Si esto fuese así, esto tendría implicancias en la forma en que se protegen a estos animales.